PRIMER DÍA DEL VIAJE A HONG KONG
Llevábamos muchos meses esperando este momento y por fin había llegado. Después de haber hecho todos los preparativos, estábamos listos para emprender este viaje a Hong Kong.
No era el primer viaje que preparaba por mí misma, si quieres otros viajes por libre puedes echar un ojo a mi viaje por Perú o por Marruecos.
Con los nervios y emoción propios de antes de un gran viaje nos dirigimos desde París hasta el Aeropuerto de Charles de Gaulle. Salíamos desde la Terminal 1, así que allí que fuimos. Conforme nos íbamos acercando a nuestro mostrador para la facturación de las maletas, empezaba a haber más y más chinos, y a mí esto me ponía una sonrisa de oreja a oreja, porque significaba que estábamos cada vez más cerca.
Viajamos con la compañía Air China hasta Pekín, y de aquí hasta Hong Kong. Compramos los billetes unos dos meses antes desde la web de Skyscanner, que para mí es el mejor comparador y siempre lo utilizo para comprar mis billetes de avión. Cada billete nos costó aproximadamente 370€ ida y vuelta: París-Hong Kong-París.
Después de dejar las maletas y pasar el control de seguridad, nos tomamos un café frío y nos dirigimos a nuestra puerta. ¡Qué emoción! Una vez hecho el embarque en el avión, nos esperaban unas 10 horas por delante hasta nuestra escala. Los aviones de Air China están bien, no son nada del otro mundo pero son cómodos, la comida no está mala y el servicio es atento. Cada asiento tiene una pantallita de entretenimiento y películas, nada extraordinario pero sirve para pasar el rato.

Escala en Pekín
Pasadas las 10 horas, llegamos a Pekín. Eran algo más de las 4 de la madrugada pero aquello ya estaba en marcha. ¡Bienvenidos a China! Pasamos otro control de seguridad, pese a estar dentro de la zona de embarque y fue mucho más riguroso a lo que estábamos acostumbrados. Fuera los mecheros y las botellas de agua (aunque estaba sin abrir y llevaba el ticket de que lo había comprado en el Duty Free de París). Ya sé que son objetos que están prohibidos y la norma dice que no se pueden pasar, pero normalmente pasan en otros aeropuertos.
Había muy pocas cosas abiertas así que poco pudimos hacer en nuestra escala de 3 horas y media. La terminal 3 del Aeropuerto Internacional de Pekín es grande, moderna y limpia. Me encantan los aeropuertos y su ajetreo pero esta vez agradecí que estuviera casi vacío, pues me permitió de esperar en los asientos de mi puerta tranquilamente, echar una cabezadita y leer un poco.


Conforme se iba acercando la hora del vuelo, aquello se iba llenando de gente, casi todos, por no decir todos, chinos. Se notaba que ellos también estaban de vacaciones pues se hacían muchas fotos, gritaban y reían a pesar de las horas. Claro que seguramente ellos no hubieran pasado las últimas semanas 12 horas en un avión y en un aeropuerto.
Último vuelo del viaje a Hong Kong
A las 8 y diez de la mañana, cogimos el siguiente avión esta vez Cathay Airways. Más moderno y nuevo y el servicio impecable. Nos dieron de desayunar, o la comida que a mí me correspondiese que ya no sabía cual me tocaba. La cuestión es que eran las 9 de la mañana y allí estábamos, comiendo una bandeja de noodles con pollo, pan con mantequilla y yogurt.

Pasadas las 3 horas y media de trayecto, ¡llegamos a Hong Kong! Ahora lo digo con entusiasmo pero en ese momento estaba de mal humor. Estaba cansada, tenía sueño y aún nos quedaba un rato hasta llegar al hotel.
Llegada a Hong Kong
Cuando llegamos allá a las 11h20 de la mañana, recogimos nuestras maletas enseguida y fuimos hacia la salida. Nada más salir, hay un stand de turismo de Hong Kong y un mostrador para comprar billetes de transporte.
Paramos un segundo a preguntarle un par de cosas a la chica de la oficina de turismo y ¡qué bien que hicimos! Pues además de ayudarnos con nuestras dudas, nos informó de un servicio del que disponen para turistas. Se trata de la aplicación móvil LINE, es muy parecida a WhatsApp. Buscamos el contacto que ella nos proporcionó y respondes a 3 preguntas sencillas: cuánto tiempo estarás en Hong Kong, país de procedencia o residencia y nombre de tu alojamiento. A partir de este momento, hay una persona detrás del chat de 9 de la mañana a 5 de la tarde disponible para cualquier pregunta o duda que tengas. Es una maravilla, a nosotros nos ayudó mucho con información, mapas, fotos, al día siguiente me preguntaba qué tal había ido el día anterior… Quedamos encantados con este servicio, es como tener un agente de turismo todo el tiempo a tu disposición. Bravo por esta iniciativa.
La chica de la oficina de turismo nos indicó también dónde comprar la tarjeta de transporte Octopus, de la que hablaré más adelante en otro post. Compramos esta tarjeta por la 150$ de Hong Kong cada una. La tarjeta sirve para todo los transportes públicos del país y también se puede pagar con ella en algunas tiendas. De esos que esos 150$ (unos 16€), 50 dólares son como fianza de la tarjeta y 100 son para utilizarlos. Nosotros gastamos esos 100 y cargamos otros 100 a lo largo de la semana. Así que gastamos unos 23€ en transporte.
Llegada al hotel
Hay diferentes maneras de ir desde el aeropuerto a Hong Kong. Yo estuve leyendo infirmación en blogs y páginas web de turismo, pero al ser una ciudad tan enorme, opté por pedirle las indicaciones al hotel. Muy atentos, nos enviaron un email con información detallada y las diferentes opciones que había. Optamos por un autobús, que aunque tardaba mas tiempo nos dejaba muy cerca del hotel y era más barato (33 dólares de Hong Kong, unos 3,8€). Este viaje a Hong Kong, ¡acababa de empezar!